El presidente estadounidense Joe Biden reveló sus planes para imponer restricciones inmediatas y significativas a quienes buscan asilo en la frontera entre Estados Unidos y México. Estas medidas, detalladas el martes, tienen como objetivo controlar la inmigración antes de las elecciones de noviembre y neutralizar este tema como una responsabilidad política futura. La proclamación presidencial impedirá conceder asilo cuando los funcionarios estadounidenses consideren que la frontera sur está saturada. Biden tomó esta acción tras el colapso de un acuerdo bipartidista de seguridad fronteriza rechazado por la mayoría de los legisladores republicanos a instancias del expresidente Donald Trump.
La nueva orden entrará en vigor cuando las detenciones diarias en la frontera superen las 2.500, lo que es inmediato dado que los promedios actuales son más altos. Desde que Biden asumió el cargo en enero de 2021, los cruces ilegales no han estado por debajo de esta cifra. Seguridad Nacional advirtió que una mayor aplicación de la ley con México ha reducido los cruces ilegales, pero podría ser menos efectiva con el tiempo, creando la necesidad de más acciones. Se predice que las detenciones por cruces ilegales pueden aumentar a un promedio diario de hasta 6.700 de julio a septiembre.
Una vez en vigor, los migrantes que lleguen a la frontera y no expresen temor de regresar a sus países serán deportados rápidamente, enfrentando prohibiciones de reingreso de hasta cinco años o procesos penales. Aquellos que expresen temor serán examinados por funcionarios de asilo de Estados Unidos, pero con un estándar más alto que el actual. Si pasan la evaluación, pueden buscar formas más limitadas de protección humanitaria, como las establecidas en la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura.
México ha acordado recibir hasta 30.000 migrantes al mes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, además de mexicanos. Este compromiso no se extiende a otras nacionalidades. Este año, México ha dificultado que los migrantes lleguen a la frontera con Estados Unidos, impidiéndoles viajar en trenes de carga y deteniéndolos en autobuses para devolverlos al sur del país. Aunque las autoridades mexicanas están bloqueando el avance de los migrantes, pocos son deportados, lo que deja a muchos varados en ciudades lejos de la frontera estadounidense.
Los cruces ilegales disminuyeron después de que se implementaron restricciones el año pasado, pero la pausa duró poco debido a la insuficiencia de agentes para la enorme tarea. La aplicación de la norma solo en un pequeño porcentaje de detenciones mostró cómo los presupuestos pueden no estar a la altura de las ambiciones.
Para justificar estas restricciones, Biden invocó una sección de la Ley de Inmigración y Nacionalidad que permite al presidente prohibir la entrada a grupos de personas si su presencia es perjudicial para los intereses de Estados Unidos. Esta medida es similar a la tomada por Trump, quien utilizó estos poderes para prohibir la entrada de personas de varios países predominantemente musulmanes.